Las información noticiosa está en nuestras manos. Invade nuestra cotidianidad. Filtramos las redes sociales, pero de alguna forma, siempre nos llega la noticia por medio de un retuit, un meme o una cadena de Whatsapp. Es difícil estar desconectado. Y cómo en general las noticias nos muestran un mundo turbulento entonces viene la conclusión natural: ¡Basta! No quiero saber más! Y entonces viene la desconexión entre la realidad, las opiniones y las acciones de participación.
En general, es poco lo que podemos influir en el devenir del mundo, de nuestro país e incluso de nuestra ciudad. Y dejar de informarnos, es una forma de entregar, aún más, nuestro destino a los otros. Nos cansamos de partiera porque nada cambia y todo tiende a estar peor. Es la opción de los vencidos. Creo que ante los tiempos tan oscuros que estamos viviendo, el no participar, es la peor opción. Tal vez, si participamos, si opinamos, llegue un día en que nos unamos y generemos algo y que en un futuro alguien pueda decir: aquello fue una revolución.
Las cuatro paredes 
Tiempos de coronavirus, tiempos de pánico.