Este año, a diestra y siniestra, la tergiversada profecía Maya, será mentada. Tal vez sea la oportunidad de tomarnos en serio la posibilidad de cambiar nuestros hábitos y construir un mundo diferente, pensándolo y actuando en consecuencia. Y no se trata de sólo cambiar nuestros hábitos de consumo. Se trata de pensar como estamos «siendo humanidad», sí es valido, ético y sostenible seguir matándonos unos a otros por dinero, recursos, religión, ideología.
Me gustaría mucho que el 2012 fuera el fin del mundo -como lo conocemos hasta ahora- suena utópico pero la historia tiene varios ejemplos de mujeres y hombres, incluso sociedades que han optado por cambiar y hacerlo radicalmente. Tal vez ese sea uno de los mensajes de Mayas para toda la humanidad en este año que comenzamos.
¡Feliz último año de esta historia!