“Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination” fue el título de una gala de vestidos, moda, diversión y opulencia en el MET de New York. Y qué interesante la forma como los diseñadores representaron algunos iconos, símbolos y prácticas católicas. Una noche de Imaginación, percepción, creatividad, burla y acaso también, ¿protesta? Rihana fue una papisa, cuyo atuendo, en su versión masculina, bien habría podido ser llevado por alguno de los papas anteriores o ser muy apreciado por SS. Pio XIII en “The Young Pope”. En el Vaticano, y en muchas diócesis y parroquias del mundo, incluida nuestra querida Colombia, algunos miembros de la curia, de las comunidades religiosas y fieles en general, siguen añorando esos tiempos del poder de los príncipes enviados por dios (minúsculas a propósito), donde los vestidos, tiaras, estolas y casullas eran tejidas en oro y adornadas con piedras preciosas; ni que decir de lo que añoran el poder total, no solo en cuestiones religiosas, sino también en lo social, político y económico. Estoy a la espera que alguien haga un análisis sociológico de los vestidos y los símbolos que se vieron en esta gala y ojalá algún intelectual católico nos diga que vio allí y qué nos dice este evento a todos nosotros, los que aún creemos con pasión en la Iglesia y en la necesidad de la autocrítica y en lo indispensable, transformadora, humana, dinámica y bella que es la Alegría del Evangelio. Fotos: Vogue.com
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Las cuatro paredes 